CARTA AIERTA AL GOBIERNO PERUANO Y MINISTERIO DE CULTURA
Lastima que nuestro Ministro de Cultura sea hombre de teatro, el mundo
de la ficción y de geniales autores, que probablemente no le permite ver una terrible realidad de
nuestra cultura actual y de nuestro brillante y asombroso legado cultural de
nuestro antepasados, probablemente nativos de nuestra hermosa tierra o alienígenas
de otros avanzados mundos culturales.
Nos estamos refiriendo a la posible desgracia, la peor que nos pudiera
suceder, como es la pérdida de las valiosas líneas de Nazca, que están siendo
borradas por invasiones de la
pobreza ye ignorancia de gentes
incapaces de darse cuenta del daño que están haciendo a un Patrimonio de la
Humanidad. Son gentes que no tienen donde vivir
y, también, probablemente traficantes de tierras que creen que no tienen
dueño por estar abandonadas. Pero, no solo son estas desgraciadas personas la
que están provocando este crimen de lesas tierras de valiosos contenidos
históricos , sino, también, ruines comerciantes dedicados a la fabricación de
asfalto, que mueven sus elementos a orillas de las mundialmente célebres líneas
grabadas por nuestros ancestros genéticos, que quien sabe en ellas han dejado
mensajes valiosísimos para nuestras generaciones presentes. En estos momentos
todas las zonas pobladas de innumerables diseños, como lenguajes que nos
estaban legando, se están destruyendo y aniquilando vilmente, y son terrenos de
nadie. ¡Tendrá que revivir la amorosa científica que estudio nuestras líneas de
Nazca, para seguirlas cuidando hasta morir de la destrucción con palo en mano
de turistas gringos y zarrapastrosos huaqueros? Me estoy refiriendo a la
doctora María Reiche. Nunca las autoridades gubernamentales ni culturales
estatales quieren escuchar los clamores
de los historiadores, arqueólogos y demás científicos para que se preocupen de
su conservación. Es como si viviéramos en la época del oscurantismo, como si
esos diseños fueran obras diabólicas o no sirvieran para nada. Muchos de esos
grabados, obras geniales de difícil concepción de cómo se hicieron se pueden
hacer, con tanta belleza y perfección, se están destrozando y desapareciendo, y
se pudieran haber salvado con ministros
de cultura, educación, turismo y de defensa de nuestro patrimonio nacional que
se hubieran preocupado y ni hablar del atraso cultural que significa no
preocuparse seriamente, sin mucha palabrería ni promesas vanas de que se va a
hacer algo. Todos los arqueólogos, historiadores, científicos, y hasta los
estudiantes de estas disciplinas: y, aún más, todos las mentes preclaras de
nuestro país, deben hacer un llamado al gobierno, para que tome cartas en este
asunto, que conmueve a la toda nuestra nacionalidad y patriotismo.
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