Nuestro comentario : La OEA debate el futuro de la CIDH y su Relatoría para la Libertad de Expresión.
Es natural que países de línea política staliniana estén
tratando de limitar y condicionar las acciones en defensa de los derechos
humanos y la libertad de expresión mediante su no apoyo a que la CIDH reciba
mejores aporte y donaciones para su mejor trabajo en apoyo a la defensa de los
derechos humanos y la libertad de expresión, pues dichos regímenes de esa
manera tienen más opción de no ser controlados ni sancionados por los abusos
que cometen sus gobernantes contra esos derechos inalienables conquistados
desde la revolución francesa, y es porque son estadistas dictatoriales, que
violan esos derechos y no admiten la menor crítica de los medios de
comunicación, a los cuales tienen bajo la espada de Damocles y temen ser
desestabilizados de sus gobiernos, con todos los poderes en sus manos, por la
fuerza de la democracia popular que propugna la CIDH con la libertad de
expresión, y para lo cual, desgraciadamente, se necesitan fondos. Por eso no
aportan lo que deben ni quieren que reciban aportes de otros y que lo que
reciben sea limitado. De todas maneras algunos de los llamados países de la
ALBA, en forma contumaz, no darán a torcer su brazo izquierdista stalinista y
votarán contra el voto positivo de la mayoría de países de regímenes genuinamente
democráticos, como hoy Perú.
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