IN
MEMORIAM
Hasta pronto excelente amigo y colega periodista.
Te vi por primera vez narrando un partido de fútbol entre dos equipos de la secundaria por el campeonato de nuestro Colegio Nacional de la Independencia Americana en nuestra hermosa tierra natal, Arequipa, la Blanca ciudad. Lo hacías al filo de su cancha reglamentaria, sentado en su verde, fresco y oloroso pasto, cuando tú, quinceañero, yo de 14 años, y un grupo de adolescentes condiscípulos te rodeábamos. Éramos los “independientes” estudiantes de la “I”. Vestíamos nuestro uniforme escolar, kaki, por lo que la población nos llamaba “alfeñiques” porque ese era el color del dulce de cañita más popular que comíamos los “characatos”, apelativo a los arequipeños por lo de nuestro distrito Characato. “Transmitías” el match haciéndolo con tu voz, juvenil, apenas grave y muy agilito, agarrando un “micrófono” hecho de alambre con esa clásica forma de círculos concéntricos.
Te rodeábamos escuchándote emocionados más por tu relato que por las incidencias del partido de rompe y raja entre dos cuadros del torneo entre los alumnos seleccionados de los 5 años de estudios, con más de 3 mil alumnos, para definir el campeón del colegio y premiarlo el día 4 de julio, día de nuestro aniversario, fecha de la declaración de la Independencia de los Estados Unidos, en cuyo recuerdo lleva ese nombre.
Ya años después, en los inicios del 50 te oía solamente por la Radio Panamericana, donde ya eras reconocido por tus valores como gran narrador deportivo y, también se te oía en el noticiero “El Panamericano”. Lograste entrar al mundo que te apasionaba, la radio.
Para entonces, yo había hecho mis pinitos en Radio el Sol. Era la era de la radio con estrellas como Gastón Guido, Elías Roca, Roberto Vargas, Nelson Arrunátegui y tú entre ellas, buenos amigos y talentosos locutores y animadores de radio.
Luego llegó la televisión el 17 de enero de 1958. Fue en el primer año de la fundación del primer canal de la televisión peruana, el canal 7, donde yo ya producía y dirigía mis primeros programas de televisión, cuando te invité a participar en uno de ellos y en él debutaste en la tele.
Tal realización de la que fui su creador, productor y director fue “Foto Show” (Concierto de Luces), y en el espacio que llamé “Entrevistas a periodistas” de tal programa es que se me ocurrió presentarte por tu calidad y experiencia como periodista de radio, para entrevistarte junto a una jovencita, amiga mía, que había invitado antes y que había acabado de graduarse de Periodista en la Universidad Mayor de San Marcos, y que saliendo de su paraninfo ubicado en el Parque Universitario, fue por donde la vi a ella que pasaba con su flamante diploma; y por donde yo, también, iba rumbo al Canal 7, ubicado en el último piso del rascacielos del entonces Ministerio de Educación, en la esquina del parque, llevando yo bajo el brazo mis rollos de películas que había filmado y que presentaría esa noche.
Es así que entonces, en aquel momento contacté con mi muy bonita, agraciada y flamante periodista y la invité a participar en mi programa, donde la entrevistaría y que se realizaría a las 8 de la noche. En ese momento eran las 7pm. Ella me aceptó, luego de convencerla de que no necesitaba para ello ninguna experiencia en televisión, que era lo que le preocupaba, y que yo la orientaría.
Inmediatamente después pensé en ti y te llamé, Humberto, a Radio Panamericana. Por suerte estabas. En una pausa de tu programa, atendiste mi llamada telefónica, en que te invitaba a mi programa “Entrevistas con Periodistas” de Foto Show que presentaría a las 8 de la noche.
Me dijiste que tú recién salías a las 8 en que terminaba tu programa. Yo te contesté, que no importaba - Ven no más, apenas salgas, yo haré tiempo con la otra invitada -. Y viniste, como un gran caballero, talentoso profesional y un afectuoso amigo.
Entonces contigo y la novel periodista entablé una conversación alternando sobre dos etapas del periodismo: la de la vida de tu tiempo y tus experiencias versus el tiempo del nacimiento periodístico de una periodista en formación y el futuro que ambos pronosticaban vivir, de todo lo cual estoy seguro mi muy jovencita entrevistada habrá sabido aquilatar como enseñanzas tu participación de aquella “noche de luces”.
Al mismo tiempo, recordado Humberto, esa noche fue tu debut en la televisión y en mi programa en el Canal 7, de lo cual me vanaglorio. Era noviembre de 1958. No existía ningún otro canal. Debutaste en mi programa y lo hiciste excelente.
Cómo olvidar aquella noche contigo, tú y yo frente a la cámara del pequeño estudio de la televisora del Estado, la primera emisora de ondas electromagnéticas de TV del Perú estaba “en el aire”, y el tous Lima estaba viéndonos en sus televisores en blanco y negro.
Eras un periodista objetivo. No opinabas con tus palabras, sino con tu mirada, la inflexión de tu voz, tu silencio o un ligero casi imperceptible movimiento de tu cabeza. Eras un real periodista objetivo, pero de inteligente opinión subjetiva. Además, cómo no recordar tus creativos apelativos que dabas a la pelota, al arco y a las jugadas: “la de cuero”, “la blanquinegra”, “la redonda”. Y la inolvidable: “el rincón de las ánimas “, entre muchas otras.
Cómo no recordarte, Humberto. No tienes parangón.
Hasta pronto, campeón. Nos encontraremos en el rincón de las ánimas, así como nos encontrábamos en la playa de La Herradura o en la Playa de Pescadores, en Chorrillos, haciendo trote, jugando y peloteando con tu redonda, bajo los rayos del sol antes de que nos llegara el crepúsculo, que acaba de llegarte a ti.
Me despido de ti triste. – “Allí nos vidrios -. Los tuyos eran claros, como fue tu vida. Pero, estoy seguro que ahora tú me estarás diciendo: “Fernando, aquí: no pasa nada”.
FERNANDO A. RIVERA LAZO.
Presidente Fundador de PERIODISTAS DEL MUNDO UNIDOS.
Una familia online. Por lo derechos humanos y la libertad de expresión.
pmu-online@hotmail.com
Comentarios
Publicar un comentario